El extraño caso de Pepephone, la operadora móvil con principios

Con Pepephone nos encontramos con un extraño caso en el panorama de telecomunicaciones español. Un caso que habría sido extraño también en otros sectores, pero especialmente raro si hablamos de operadoras pues la idea de que estas empresas engañan conscientemente a los usuarios ha calado tan hondo que ver a una haciendo lo correcto hace que todos sospechemos. ¿Por qué los otros sí y ellos no? ¿No habéis tenido esa sensación? El caso es que desde sus orígenes, Pepephone viene defendiendo sus principios, inquebrantables según ellos, y sin prisa pero sin pausa, la empresa que tiene a Pedro Seharríma como cabeza visible va demostrando que es posible hacerlo bien a pesar de todo. Que el negocio llega si cuidas a tus usuarios incluso en perjuicio de ti mismo. El último movimiento con Movistar demuestra que nada ha cambiado en la operadora móvil virtual afro.

Las redes sociales no son más que una mínima parte de la sociedad. Ni tan siquiera puede decirse que sea una parte representativa pero desde luego en ellas se vislumbran tendencias que tarde o temprano acaban reflejándose en el ciudadano de a pie, ése que no sabe qué es Twitter ni tiene intención de usarlo. En las redes sociales, y cada vez de forma más acentuada, se aprecia el cariño de los usuarios Pepephone en Operadoras Móviles y el apoyo que se presta a cada una de las acciones de la operadora virtual. Ganarse la confianza de tus clientes no es sencillo, mucho menos siendo una operadora móvil, pero Pepephone lo va consiguiendo y aunque siempre habrá usuarios que bailen de una empresa a otra en busca de mejores ofertas o servicios, el grueso de clientes fieles de la operadora de lunares continúa en aumento. Un caso extraño, como poco.

No voy a ahondar los orígenes de la empresa sino que me remontaré al inicio del conflicto que ahora mismo tienen entre manos. El 4G. La alta velocidad en las comunicaciones que lejos de ser una red de AVE, se trata de tener capacidad material para que los usuarios de determinada zona puedan navegar a velocidades mucho más altas que las que brinda el 3G. Dado que la llegada de este 4G ha dependido de infraestructuras, las que soportan las operadoras tradicionales, el servicio se ha utilizado como forma de presión hacia el usuario. Como tapón, podríamos decirlo así, para evitar fugas. No dar 4G a las virtuales ha servido para retener clientes y eso propició que Pepephone hiciese su primer movimiento hace ya bastantes meses.

El primer paso fue tratar de dejar Vodafone, la compañía que ofrecía y aún ofrece cobertura móvil a Pepephone. Un acuerdo con Yoigo hizo que los chicos de Pepephone diesen el paso de anunciar su ruptura con la gran operadora roja. Un conflicto con la futura receptora, Yoigo hizo que al final la migración se realizase hacia Movistar. El proceso, que ahora se encuentra ya en marcha, se ha paralizado. Movistar no está dando el mismo servicio a Pepephone que a sus propios clientes y de nuevo la virtual se ha visto obligada a echar el freno, temporalmente, en beneficio de sus clientes. Qué duda cabe que lo sencillo habría sido continuar con la migración y mientras tanto tratar de solucionar los problemas con Movistar, pero en el futuro se vislumbraba un escenario que no ha gustado a la virtual. Ese escenario futuro era el de clientes recién migrados y descontentos, huyendo de una operadora que les promete un buen servicio y que se ve obligada a incumplir. E incumplir es una palabra que no está en el diccionario de Pepephone.

Este movimiento habría provocado críticas a mansalva en cualquier otra operadora pero Pepephone tiene ese núcleo de clientes que cualquier otra compañía quisiera para sí. El que entiende que los movimientos son en su beneficio y que apoya a la compañía que han contratado hasta el final. Bueno, quizá no hasta el final pero desde luego hasta un punto que ahora se ve lejano. Clientes que no reciben móviles «gratis», que no tienen permanencias, que tienen las ofertas aplicadas antes que los nuevos, que saben que tendrían mejores precios en otras compañías y que ahora sufren la «molestia» de tener que cambiar la tarjeta SIM para poder perder de vista a Vodafone y empezar a funcionar bajo Movistar para tener 4G. Clientes que alaban el trabajo de Pepephone, obligada una y otra vez a tomar difíciles decisiones en su propio perjuicio.

Se perderán clientes por el camino, eso está más que claro, y los que buscan precio o regalos a costa de otras comodidades seguirán saltando de compañía en compañía. Pero el núcleo, los usuarios que creen que otro modelo de operadora móvil es posible, mantendrán la confianza en Pepephone muchos años. Porque Pepephone es una operadora móvil virtual muy extraña. Una operadora que es capaz de dispararse en un pie para mejorar el servicio que ofrece. Qué raro suena, ¿verdad? Una operadora con principios.